Reflexiones de Bolsa

Cuando alguien que no conoce el mundo bursátil les pregunta qué es esto de la Bolsa, la respuesta, al menos en mi caso, no resulta para nada trivial. Simplificando y sintetizando enormemente, la Bolsa constituye una forma más de inversión, con unas características particulares.

Si buscamos en el diccionario de la Real Academia (RAE) podemos leer la definición dada para el término inversión: acción o efecto de invertir, donde se nos deja el significado de invertir como: emplear, gastar, colocar un caudal. Invirtiendo en Bolsa empleamos o utilizamos nuestro dinero con el fin u objetivo de rentabilizarlo en la mayor medida posible.

Existen personas con una total aversión al riesgo y que jamás invertirían en Bolsa. Opción totalmente respetable. Hoy en día con una banca online extendida y desarrollada, se nos permite contratar depósitos con buenas rentabilidades a periodos de tiempo variables, sin tener que desplazarnos físicamente a la oficina bancaria para abrirlos.

Otros no contemplan ni siquiera esta última opción. Dinero bajo el colchón o la baldosa, que seguro que ahí no se pierde... piensan.

Todos sabemos que quizás la virtud esté en el término medio de las cosas, ni tanto ni tampoco. La Bolsa no es un casino como piensan muchos, en mi opinión, existe un leve matiz para intentar ser más exactos, yo más bien diría que la Bolsa, puede llegar a ser un casino para muchos... sobretodo si no se maneja con coherencia y cabeza, como suele pasar con muchas facetas de esta vida.

Probablemente aquéllos que obten por guardar el dinero bajo el colchón no sepan que su dinero está perdiendo valor a medida que transcurre el tiempo. La inflación o aumento sostenido y generalizado de los precios de bienes y servicios, hace que lo que hoy se pueda comprar por una determinada cantidad, no sea factible comprarlo en un futuro, debiendo asumir un mayor coste para dicha adquisición.

Invertir en Bolsa conlleva sus riesgos. Anteriormente comentaba que cualquier tipo de inversión tiene, en mayor o menor medida, asociada un riesgo. Siendo habitual ver como la rentabilidad de la inversión se relaciona en consonancia con el riesgo tomado, es decir, a mayor riesgo mayor rentabilidad podemos esperar y viceversa.

El riesgo da miedo, asusta, pero quizás nunca se han parado a pensar en las mútiples inversiones que realizamos en nuestra vida y posiblemente por ello, por el desconocimiento del riesgo que conllevan, se llegan a realizar. Cuando compramos una vivienda, el coche, al decidir alquilar el apartamento de la playa o la plaza de garaje por un determinado precio, al contratar un préstamo, aportar una cantidad al plan de pensiones, adquirir una participación en un fondo de inversiones, contratar uno u otro depósito a plazo fijo, la colección de sellos, un buen reloj o unas joyas. 

En ocasiones no parece obvio, pero en cada uno de estos actos se lleva a cabo una inversión o negocio con sus respectivos riesgos asociados. La vivienda puede caer o subir, el inquilino dejar de pagar su cuota, el coche averiarse con mayor o menor frecuencia etc..

En Bolsa el riesgo es variable. Comprar acciones de TELEFÓNICA no es lo mismo que comprar acciones de COLONIAL, con TELEFÓNICA no debemos esperar grandes movimientos, con COLONIAL por contra, la volatilidad puede llegar a condicionar nuestra inversión positiva o negativamente.

¿Saben que con una hipoteca de 200.000 euros podrían comprar unas 11.100 acciones de TELEFÓNICA? ¿Y que con los dividendos actuales que ofrece la compañía ingresaría unos 17.760 euros brutos al año? ¿Qué tipo de vivienda podrían alquilar pagando 1.000 euros al mes? Aún así le seguirían sobrando unos 400 euros brutos al mes gracias al pago del dividendo.

Invertir en Bolsa tiene sus riesgos, pero si hablamos de dinero... ¿qué operación no tiene riesgo?

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